EL TIMO
Le llamamos la glándula de la felicidad o la llave de la energía vital.
Unos golpecitos en el timo en las mañanas tristes.
Unos golpecitos cuando hay ansiedad por este presente impredecible.
Unos golpecitos diarios directos al esternón, refregarse para que despierte y se relaje.
Más tarde la ciencia demostró que, así mismo encogiéndose después de la infancia, él sigue siendo activo; es uno de los pilares de nuestro sistema inmunológico, junto con las glándulas adrenales y la espina dorsal y está directamente conectado a los sentidos, la conciencia y el lenguaje.
Como una central de teléfonos por donde pasan todas las llamadas, hace conexiones para afuera y para adentro… Si somos invadidos por microbios o toxinas, reacciona inmediatamente produciendo células de defensa. Pero también es muy sensible a imágenes, colores, luces, olores, sabores, gestos, toques, sonidos, palabras y pensamientos.
El detalle curioso es que el timo queda bien pegado al corazón que se acaba ganando todos los créditos con relación a sentimientos, emociones, decisiones, manera de hablar, de escuchar, estado de espíritu, etc…‘Estoy con el corazón apretado’, por ejemplo, revela una situación real del timo que solo por reflejo envuelve el corazón en el problema. El propio chakra cardíaco, fuente energética de unión y compasión, tiene más a ver con el timo que con el corazón y es en ese chakra que, según las enseñanzas budistas, que se da el pasaje del estado animal al estado humano.