¿Qué son las emociones? 

• Teorías Clásicas sobre las Emociones: 

Según esta teoría, cada emoción proviene de la percepción de unas determinadas sensaciones viscerales, y no al revés. Es decir, no es porque nuestra respiración se acelera que nos enfadamos, sino que, al percibir una amenaza, por ejemplo, nuestra respiración se acelera.

• Teoría de las Emociones de Darwin:

Las emociones son innatas y provienen de la evolución, debido a su función de adaptación que se origina por características específicas al ambiente o mundo biológico. La conducta emocional es instantánea y permite una respuesta inmediata. Es una reacción disociada, específica y espontánea

• Teorías Contemporáneas sobre las Emociones:

Teoría de James-Lange. William James, y de forma independiente Carl Lange, afirmaron que lo que denominamos emoción es una percepción corporal de nuestras respuestas fisiológicas ante distintas situaciones del medio. El cuerpo informa al cerebro de que se está sintiendo algo y, al pasado, éste proyecta conscientemente hacia el exterior ese sentimiento.

• Teoría de las Emociones de Plutchik:

Según el autor, esta teoría se basa en el concepto de un conjunto de ocho estados emocionales básicos, los cuales se producen en el organismo por encima de una determinada activación y se corresponden con las respuestas emocionales más primitivas que se producen en el organismo. Mediante la combinación-integración de dichos estados afectivos básicos, se formarán los diferentes estados afectivos secundarios.

Dicho de un modo más sencillo: todas las emociones traen consigo reacciones fisiológicas que nos preparan para la acción

1. Cognitivos: La teoría cognitiva de las emociones ha sido la que más éxito ha tenido. Según la misma, de los sentimientos internos, que denominamos emociones, solo es posible sentirlos tras haberlos interpretado desde un punto de vista cognitivo.
2. Conductuales: si hacemos el caso a las conductas que acompañan a las emociones dirigidos a los demás, podemos diferenciar entre conductas verbales y no verbales, al modo en que establecemos y mantenemos la relación.

Como hemos definido anteriormente, las emociones no existen físicamente, por lo que no podemos dirigirnos a una emoción concreta. Si sustituyéramos la palabra «emoción» por «visión», entenderíamos mejor su significado. Por ejemplo, en la habitación en la que estás ahora hay varias personas, por tanto, estamos seguros de que hay varias visiones, pero no podemos dirigirnos a ninguna de ellas, ya que no son entidades físicas.

En cambio, sí que podemos dirigirnos a aquellas personas que estamos seguros de que están experimentando una visión positiva. Probablemente estarán muy alegres o contentas.

No sabemos el color de la que tienen delante en ese momento, pero sí conocemos el efecto que les produce.

Cuando mencionamos emociones negativas y positivas, es muy fácil caer en el error de entender un tono de activación inferior como propicio para las negativas, mientras que el elevado sería lo propio de las positivas. Nada más lejos de la realidad. Los autores encontraron que mucho más importante que el tono es la normatividad, o sea, el carácter adaptativo o desadaptativo del afecto.

Así, las emociones positivas engloban toda situación placentera para el organismo, independientemente del tono de activación que esta situación tuviera.

Las negativas reflejarían todo aquello que, requiriendo atención por parte del sujeto, conlleva malestar y dificultades en la adaptación («El Dulce», «Ira»), sin importar cuál sea el tono

• Las emociones funcionan como señales: a partir de las que se movilizan determinados sistemas de memoria, de manera que producen una mayor eficiencia y velocidad de recuperación. encontró que las imágenes emotivas se recuerdan mejor que las no emotivas. («Propiedad warning»)
• Capacidad de atrer la atención: La tercera función atribuida a las emociones viene referida a su propiedad organizadora general, de manera que se asocian con representaciones verbales e idiosincráticas, con otras emociones previas y con las relacionadas conceptualmente.
• Las características señal y organizadora de atención: A esta función la denominamos propiedad reguladora, y apunta al hecho de que el objetivo conlleva un balance emocional de estados afectivos, de manera que produce valoraciones vinculadas al tipo o nivel de actividad conductual relevante (significación) y que así van a regular la conducta en función de los objetivos seleccionados por el sujeto.

Además de ser agradables, hay emociones que son «saludables», es decir, que contribuyen a nuestro bienestar y protegen nuestra salud. Pero también hay emociones que denominamos «tóxicas» por ser dañinas para la salud. La indignación está probablemente entre las peores emociones porque corrompe al corazón, produce «irreversible» inflamación arterial propagadora de infartos, embolias y hasta cáncer.

En el otro extremo, la actitud relajada del jardín zen parece ser un pacto con la longevidad. El optimismo, la compasión, la gratitud y cualquiera que nos haga sentir felices tienen el mismo efecto saludable que el placer sexual.

Por otra parte, las emociones influyen en el bienestar físico y mental, además de afectar al comportamiento. Así, según la técnica de lingzhi, las emociones trastornan el estado de la mente, desbaratan el flujo del qi y lo conducen en direcciones no deseables.

Patrones de comportamiento en consonancia con las emociones de la persona y con factores del medio que la rodean son responsables de transgredir las reglas fundamentales de la prevención y constituirse en desencadenantes de enfermedad

En el caso de las empresas, la gestión emocional impacta directamente en su productividad. Según distintos estudios, los trabajadores que mejor gestionan sus emociones mejoran su rendimiento, satisfacción laboral y bienestar. 

Cuando los líderes consideran, comprenden y gestionan las emociones de sus colaboradores de una forma inteligente, su papel como modelo de comportamiento de los miembros del equipo propicia la motivación y el rendimiento laboral. De ahí la importancia de las habilidades de gestión emocional de los líderes y directivos y de la labor que deberán desempeñar en la creación de un clima emocionalmente inteligente en su entorno laboral.

Por ello, el líder deberá trabajar para favorecer un buen clima laboral que estimule la creatividad, el autoaprendizaje y la participación, y para ello deberá prestar especial atención a las emociones de los miembros del grupo además de gestionar de manera adecuada el clima emocional de su equipo.