AUTOMOTIVACIÓN

Un individuo automotivado descuenta la importancia de reforzadores externos y busca la satisfacción personal en virtud del fin que se propone alcanzar a través de la actividad que desarrolla.

Es decir, que el mismo individuo propone los objetivos que debe alcanzar y siente que dispone de los medios necesarios para llegar a ellos. Resulta interesante pensar si puede influir con un conjunto de factores en el diseño de actividades que a la larga lleguen a desarrollar en los alumnos este sistema de valores positivo que automotiva.

Lograr motivar a los demás, en entornos laborales o familiares, era relativamente sencillo según la teoría de los dos factores ofrecida por Herzberg. En sentido opuesto, auto motivarse es una tarea muy compleja y necesita de trabajo intenso y concentrado. Pero una vez dominada la habilidad de la automotivación, el resto puede ser más sencillo.

En primer lugar, equiparemos la importancia de la automotivación a lo largo de las diferentes edades del individuo. Tiene que ver con las personas. Currículums y más currículums son la máxima demostración de que, por uno u otro motivo de motivación interna o automotivación, las personas han pasado de una actividad a otra a lo largo de su ya no tan larga carrera profesional. Adquirir la capacidad de automotivarnos, gestionar nuestros propios recursos esenciales para afrontar con éxito nuestra vida profesional.

• Disfruta de lo pequeño:Fíjate pequeños objetivos alcanzables con los cuales no te sea difícil mantener un estado de ánimo positivo y fomentar el trabajo eficaz.
• Utiliza el auto refuerzo: El auto refuerzo consiste en proporcionarte a ti mismo un premio de algún tipo después de hacer algo que deseas incrementar
• Coherence Training: Se trata de enseñar al alumno a establecer un sistema de metas y submetas claramente distintas que se planteen de forma secuencial, cada submeta será a la vez un premio en sí misma.
• Afrontar el fracaso y aprender de él: Cada persona comete errores, el motivo de este apartado es la diferencia de cómo interpreta ante una dificultad una persona automotivada y una persona que no lo está. 

Uno de los pilares fundamentales de la resiliencia es la percepción de los acontecimientos o situaciones, es decir, el significado que le damos a las experiencias, el cuánto nos afectan y cómo las gestionamos emocional y conductualmente, como desarrollamos en el capítulo dedicado al significado. Se pueden encontrar, por tanto, patrones comunes en las expectativas y creencias de las personas resilientes.

Por ejemplo, atribuyen el origen del malestar a acontecimientos internos y transitorios, son optimistas con respecto al logro de sus objetivos o, por el contrario, creen en la posibilidad de hacer cambios si las expectativas son irreparables.

¿Qué papel tiene la automotivación en la resiliencia? ¿Puede potenciarla?

Una gran parte de la infelicidad de las personas se debe a que éstas se sitúan espectralmente en el pasado (sentimientos de pena, culpabilidad) o en el futuro (preocupaciones, miedos). Por el contrario, las emociones positivas se encuentran más relacionadas con el presente.

La felicidad es sinónimo de salud física y mental, con mayor autoestima, flexibilidad mental, menor propensión a la ira, etc. Tampoco la felicidad pende del dinero.

Existen otros factores, como relaciones positivas, gratificantes y estables con la familia, amigos, compañeros de trabajo y superiores.

• Esta dinámica nos permite llegar a una doble conclusión: la importancia de intentar mantener nuestra automotivación alta, trabajando la idea de que, para lograr la motivación del otro, primero estamos en la responsabilidad de motivarnos nosotros mismos y, sobre todo, que la automotivación no se limita al «ámbito laboral», sino que es un indicador fundamental de la salud emocional de la persona.
• La automotivación en derivación es fuente de frustración – no podemos adaptarnos a la «realidad» exterior. Por otro lado, un número elevado de logros en automotivación interna puede derivar en egoísmo, egocentrismo resultante, normalmente, de una percepción subjetiva desmedida propia por encima del conjunto de los otros, derivando frecuentemente en actitudes y comportamientos potencialmente agresivos con sus proyectos y metas – modelos de egocentrismo – y personas